Estamos en Febrero, el mes de la espera.
Porque la Primavera es la época en la cual la madre Naturaleza se manifiesta con mayor esplendor y nos suele dar, en mi opinión, los mejores momentos para la observación naturalista. Es el momento de los herpetólogos, debido a la intensa actividad que muestran reptiles y anfibios, enfrascados ambos grupos en la ardua tarea de la reproducción. En verano también es agradable el paseo por el campo. La actividad de la fauna anfibia decrece bastante entonces, pero es buena época para aprender de entomología (algo que me hace mucha falta) y creo que también para los amantes de la botánica, especialmente con taxones de montaña, que tienen una floración más tardía.
En otoño nuestra tierra se convierte en una auténtica autopista para la migración de las aves, y cientos de ornitólogos se tiran al monte (o a la playa, más bien) en busca de una de esas rarezas que nos recuerdan que el mundo está en constante cambio. Aves cuya presencia se consideraba extraordinaria hace años se han convertido en habituales, y viceversa. Las segundas generaciones de Odonatos y otros insectos también deparan buenos momentos para los aficionados a la entomología en lo primeros días otoñales.
Y para los censadores, la llegada del invierno supone graduar la vista, limpiar bien las gafas y tomarse unas tilas, antes de afrontar los censos de acuáticas en nuestros maltratados humedales, con sus bandos inmensos de limícolas, láridos y anátidas, que hacen las delicias de muchos aficionados (un servidor incluído).
Lagarto verdinegro (Lacerta schreiberi), macho en celo
En el calendario natural que todos los aficionados y aficionadas tenemos, la detección del primer Lagarto verdinegro debiera resultar tan relevante como la llegada de la primera Golondrina. A pesar de las intensas heladas (o nevadas) que se suelen registrar en este mes, los machos de verdinegro desafían al frío y se solean en las horas centrales del día, al abrigo de una mata de zarzas, que suele ser su refugio más frecuente en el norte gallego.
Por cierto, me he enterado que en el Reino Unido anuncian en los informativos de «prime time» la primera observación de golondrinas! (cuánto nos separa aún de Europa….)
Lagartija serrana (Iberolacerta monticola)
La lagartijas mantienen su actividad durante el invierno en la costa ferrolana, no siendo infrecuente verlas activas en Diciembre o Enero, siempre que luzca el sol y la temperatura supere un poquillo los diez grados.
Algunos anfibios hace meses que se dedican a lo que mejor saben hacer: reproducirse. La Rana bermeja es uno de nuestros anuros más frecuentes. En esta época del año las charcas temporales se encuentran llenas de renacuajos, incluso en áreas de media montaña, ya que se trata de un anfibio extraordinariamente resistente, os lo puedo asegurar.
Rana bermeja (Rana temporaria)
Pero será en Marzo y Abril cuando la mayoría de nuestros hérpetos (anfibios y reptiles) inicien su período de máxima actividad. Entre ellos, uno de nuestros tesoros más extraordinarios: la Salamandra rabilarga, o «Saramaganta» (Chiglossa lusitanica), un endemismo del noroeste peninsular.
Salamandra rabilarga (Chiglossa lusitanica)
Por ahora, estos días de Febrero son un poco aburridos. Esta tarde he podido realizar un mini-paseo por los prados de Taraza (Valdoviño) y apenas he podido observar algo que no fueran Tarabillas comunes (un Mirlo, un Acentor, dos Bisbitas, un Chochín….y para de contar). Desde luego no es la mejor época para la observación ornitológica en Taraza…
Tarabilla común, hembra
Tarabilla común (Saxicola torquata) macho
Seguimos esperando.